jueves, 3 de marzo de 2011

No todos los regalos de San Valentín vienen en sobres


Cuando era adolescente, trabajaba de camarera en un restaurante en el sur de California. Aunque las noches de California se supone que son cálidas, aquella noche de febrero, el viento frío se filtraba por la puerta principal. Alrededor de las nueve de la noche casi no había clientes, y empezé a sentir lástima de mí misma.. Veréis, todos mis amigos habían ido al cine, pero yo tenía que trabajar hasta el cierre.

No le puse mucha atención al hombre que entró en el restaurante. Un montón de hojas entraron con él. El silbido del viento se apagó cuando la puerta se cerró tras de si. Me ocupé en preparar más café. De pronto, la anfitriona me tomó por el brazo. "Esto si es extraño", susurró, "pero hay un hombre con un bigote blanco sentado allá que dice que no va a comer aquí a menos que tú lo atiendas".

Tragué saliva. "¿Será un loco?".
"Miraló por ti misma", respondió.

Cuidadosamente nos asomamos por el follaje decorativo para ver al misterioso hombre del rincón. Lentamente él bajó su menú, dejando ver cabello denso y blanco, ojos azules y una gran sonrisa debajo de su bigote. Levantó la mano y saludó.

"¡No es ningún loco!", le dije, "¡es mi padre!"
"¿Quieres decir que vino a verte al trabajo?", me preguntó a la anfitriona, "para mí eso sí es extraño".

Yo no pensé que fuera extraño. Pensé que fue bueno. Pero no dejé que papá se diera cuenta. ¡Pobre papá! Actué tan desinteresada, diciéndole las sopas del día y escribiendo su orden antes de que alguien pudiera verlo tomar mi brazo y decirme: "Gracias, cariño".

Pero quiero que sepáis algo, nunca olvidé esa noche. El que él estuviera allí significó tanto para mí. Mientras que silenciosamente me veía limpiar mesas y llenar tazas de café, podía escuchar sus palabras silenciosas en mi mente diciendo: "Estoy aquí. Te apoyo. Estoy orgulloso de ti. Estás haciendo un buen trabajo. Sigue adelante. Tú eres mi pequeña. Te amo." Fue el mejor regalo de San Valentín que recibí ese año.

Robin Jones Gunn.

1 comentario:

  1. Que bonito el texto y esque, al fin y al cabo, las personas que siempre están a tu aldo para todo son los padres :/
    Un beso!

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