Los dioses, que la observaban, sorprendidos la mandaron llamar y le dijeron: "Oye, ¿por qué haces eso? ¿Cómo es posible? ¿Cómo crees que con esas gotitas de agua puedas tú apagar un incendio de tales dimensiones? Date cuenta, no podrás lograrlo".Y el humildemente contestó: "El bosque me ha dado tanto. Yo nací en este bosque que me ha enseñado la naturaleza, me ha dado todo mi ser. Este bosque es mi origen y mi hogar y voy a morir lanzándole gotitas de amor, aunque no lo pueda apagar".
Los dioses se dieron cuenta de lo que hacía la pequeña ave y le ayudaron a apagar el incendio.
Cada gotita de agua apacigua un incendio.
Cada acción que con amor y
entusiasmo emprendemos,
un mejor mañana será su reflejo.
No subestimes sus gotas:
millones de ellas forman un océano.
Todo acto que con amor realizamos,
regresa a nosotros multiplicado.
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